Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento automático y sesgado que pueden ocurrir en diversas condiciones psicológicas, incluida la fobia social. Estas distorsiones pueden afectar la forma en que las personas interpretan y procesan la información, generando pensamientos negativos y emociones desadaptativas. En el contexto de la fobia social, las distorsiones cognitivas son interpretaciones inexactas o exageradas de las situaciones sociales y de uno mismo en relación con ellas. Estas distorsiones pueden amplificar el miedo y la ansiedad, así como mantener la evitación de las situaciones sociales temidas. A continuación, un listado de las distorsiones cognitivas más frecuentas en la fobia social:
- Sobregeneralización: Sacar conclusiones generales negativas sobre uno mismo o las situaciones sociales en función de una experiencia negativa o un evento aislado. Por ejemplo, pensar «Si me puse nervioso y tartamudeé en una presentación una vez, siempre lo haré en cualquier situación similar».
- Lectura mental: Creer que los demás están pensando negativamente sobre uno mismo sin tener evidencia objetiva de ello. Por ejemplo, asumir que los demás están juzgando tus acciones o comportamientos sin tener ninguna prueba real de ello.
- Catastrofismo: Exagerar la probabilidad y la gravedad de las consecuencias negativas en situaciones sociales. Por ejemplo, pensar que cometer un error menor en una conversación llevará a ser rechazado o ridiculizado por completo.
- Descalificación de lo positivo: Minimizar o descartar los aspectos positivos de las interacciones sociales o los logros personales. Por ejemplo, desvalorizar los cumplidos recibidos o las experiencias exitosas en situaciones sociales.
- Pensamiento dicotómico: Ver las situaciones sociales en términos absolutos de «todo o nada», sin tener en cuenta las posibilidades intermedias. Por ejemplo, creer que una pequeña equivocación en una interacción social significa que has fracasado por completo.
- Autoexigencia extrema: Establecer estándares muy altos para uno mismo en las interacciones sociales y sentirse constantemente insatisfecho con el propio desempeño. Por ejemplo, creer que debes ser perfecto en todas las interacciones sociales y no permitirte cometer errores o mostrar vulnerabilidad.
- Filtro mental: Centrarse únicamente en los aspectos negativos de una interacción social y pasar por alto los aspectos positivos o neutrales. Por ejemplo, enfocarse en un comentario incómodo hecho durante una conversación y olvidar los momentos agradables o las conexiones positivas establecidas.
Estas distorsiones cognitivas pueden perpetuar la ansiedad y la evitación en las personas con fobia social. Es importante trabajar en el reconocimiento y la corrección de estos pensamientos negativos y distorsionados a través de diferentes intervenciones psicológicas.